Que nos diferencia
En Bull Importer llevamos más de 25 años ayudando a las empresas a comprar en China, India y otros países, a fabricar a medida y a gestionar la importación de forma integral mediante un procedimiento único en Europa, que permite importar con una sola empresa de forma controlada y segura.
¿Cómo gestionamos la importación de productos para empresas?
Financiación total: Bull Importer ha desarrollado, junto al mayor banco de España, el primer modelo económico que permite a las Pymes financiar el 100% del coste de la importación.
Cobertura total del seguro de la operación: Seguro de mercancía por el 100% del coste de la importación con una importante compañía aseguradora europea.
Todas las operaciones en una factura: Pague su importación cómodamente en una sola factura en euros, financiada al plazo acordado, sin dobles monedas.
Seguridad sin quebraderos de cabeza: Controlamos todas las fases del proceso para garantizar la seguridad de su importación y el cumplimiento de las calidades acordadas. Inspeccionamos la mercancía en origen a través de nuestras oficinas internacionales.
Seguro de responsabilidad civil del producto importado: El RC del producto le protege de daños que la manipulación del producto pueda ocasionar a terceros en primera instancia, incluidos usuarios finales del producto y actores de la cadena de valor.
Cómo ahorrarse quebraderos de cabeza al importar o fabricar en el extranjero
Para fabricar productos o componentes e importar artículos desde países con costes más bajos se puede escoger el camino largo o el camino corto. El largo es un verdadero quebradero de cabeza, aunque se contrate el apoyo puntual de otras agencias de importación.
El camino corto, de la mano de Bull Importer, se realiza sin preocupaciones, con total seguridad en todas las operaciones y manteniendo el absoluto control de qué se quiere fabricar o importar, en qué condiciones y plazos y con qué calidad. Es un servicio integral, eficaz, riguroso y cómodo.
Aquellos que deciden importar por su cuenta tropiezan, una y otra vez, con malentendidos por causa del idioma, incomprensión cultural, una burocracia internacional que parece infinita, intermediarios inesperados que quieren cobrar, líos cambiarios de divisas, plazos que jamás se cumplen y miedo a que la mercancía quede varada en alguna aduana por problemas irresolubles.
Los que eligen Bull Importer, no tienen estos problemas. Una vez definidas las especificaciones del artículo que desean importar (prestaciones básicas, características, calidad y cantidades) o de los productos o componentes que desean fabricar (preparación y traducción de planos y proyectos, gestión de diseños o moldes, elección de criterios de calidad y cantidad), se libran del trabajo más arduo:
Localización del proveedor o fabricante. Si no se posee una lista con indicaciones de los fabricantes capaces de producir el artículo o componente o de los proveedores especializados en el producto que se desea importar, comienza una investigación larguísima de candidatos en regiones muy lejanas en las que es difícil comunicarse siquiera en inglés. Será difícil tener una visión completa de los productores y proveedores del artículo interesante y se corre el riesgo de contratar al que no sea el mejor en ese campo.
Verificación de la solvencia empresarial. Superada la etapa de localización del proveedor o fabricante y con una lista reducida de candidatos en mano hay que examinarlos para ver cuál merece nuestra confianza —y nuestro dinero—. Sin ser experto ni disponer de personal propio en el país, será difícil obtener informes financieros contrastados del fabricante, o informes sobre su especialidad comercial, su composición accionarial, el tipo de proveedores que tiene y su reputación sobre el cumplimiento de los contratos. Y estos son datos básicos para escoger.
Inspección de las instalaciones y procesos. Todavía no se puede escoger, aunque ya haya preferencias. Es obligado visitar sus instalaciones para ver si tiene capacidad real de producir aquello que se le encargue en las cantidades acordadas y el plazo de tiempo adecuado. Habrá que ver, también, qué stock guarda en sus almacenes para saber si es de fiar.
Auditoría de calidad del proveedor. Desde aquí se tienen muy claras las cosas. Se sabe qué se quiere. La calidad no es sólo cuestión de precio, es cuestión de capacidad industrial y de la elección de los mejores procesos. Antes de elegir habrá que auditar al candidato a fabricar o proveer nuestros artículos para conocer sus procesos de calidad y los márgenes reales de tolerancia al error que exhiba.
Soluciones integrales
Los clientes de Bull Importer se han ahorrado estos cuatro pasos. Reciben un informe completo con los candidatos que ofrecen el producto que se ajusta a las especificaciones en cualquier lugar del mundo, no sólo en China o la India. Para cada fabricante o proveedor, el informe incluye una memoria de su solvencia empresarial, el resultado de la inspección personal de las instalaciones y todos los datos recabados sobre sus procesos de calidad. Los clientes de Bull Importer sólo tienen que elegir con quién quieren trabajar de la lista de los mejores que se les presenta en el informe.
Quienes aún no han optado por la solución integral de Bull Importer siguen con el proceso:
Negociar el precio. Todos los factores —precio unitario, calidad, cantidad y plazo de entrega— entran en juego en una negociación en la que las divisas y los medios de pago (cartas de crédito) juegan un papel fundamental y contribuyen a la confusión. Hay que recordar que el concepto de plazo no es el mismo que el nuestro y que un excelente precio por cantidad puede depender de que el fabricante se apropie de ideas poco protegidas.
Solicitud de muestras o de fabricación de prototipos. Antes de firmar el contrato hay que comprobar que los informes que se habían recabado responden a la realidad. Habrá que pedir muestras del artículo que se desea importar que concuerden con las especificaciones deseadas para corroborar que es capaz de suministrarlos. También es obligatorio pedir que fabrique y remita prototipos del producto o componente que se desea fabricar. El proceso, en el caso de fabricación, es más complejo porque obliga a poner en manos de un posible proveedor datos y patentes que deberán protegerse en derecho.
Negociación de la financiación. El banco del importador entra en juego. Hay que negociar en qué condiciones y cuál es el importe final de la operación antes de firmar el contrato definitivo con el proveedor o fabricante. En este momento sólo se tiene por cierto el precio de la compra o fabricación del producto. Falta considerar el precio del transporte, las certificaciones y homologaciones, o los aranceles. Todo lo demás son estimaciones. Obtener un buen precio financiero no será fácil.
Entretanto, los clientes de Bull Importer tienen sobre la mesa un dosier con la propuesta de contrato con el proveedor que han escogido y el precio negociado más ventajoso. Por el camino han podido comprobar la calidad de las muestras o la eficacia fabril en la producción de prototipos.
Ni siquiera tienen que negociar la financiación parcial de la importación, porque desde el principio han contado con la gestión financiera por el valor íntegro de toda la operación, incluidos los costes del servicio de gestión. En sus manos está la decisión de firmar el contrato.
Una vez suscrito, quienes importan o fabrican sin el apoyo de Bull Importer, siguen batallando con sus proveedores o fabricantes externalizados:
Seguimiento de plazos. Hay que establecer hitos de control en todo el proceso y comprobar que el fabricante o proveedor están cumpliéndolos. La dificultad estriba en que el concepto de plazo y de planificación de la producción difieren del nuestro por cuestiones culturales. Un período de 30 días puede convertirse en 120 días para nosotros, porque el inicio del plazo difiere de nuestra lógica occidental. El importador sucumbirá a la desesperación más de una vez.
Control de calidad. Hay que acudir de nuevo a la fábrica a comprobar que el resultado está dentro de los parámetros de calidad establecidos en el contrato. Hay que revisar que los artículos que se van a importar reúnen todos las mismas características de calidad. Si no se dispone de personal en el país de fabricación, es complicado gestionar toda la operación. Si no se supera el control de calidad, hay que exigir la subsanación de los defectos según el contrato o pedir compensaciones.